SEGURIDAD, RESPETO Y CUIDADO DEL MATERIAL
Nuestros “primos” Tracios han traducido el articulo que el Sr. Greg Everett realizo al respecto hace ya bastante tiempo. Articulo completo y detallado que debería ser de obligatoria lectura para todo aquel que pise una sala de entrenamiento, bien sea atleta o entrenador.
SÉ UN BUEN MIEMBRO DEL GIMNASIO:
Como tratas el material en tu gimnasio dice mucho de ti, no solo como atleta, sino como persona. Lo sepas o no, estás siendo juzgado, y si es por mí, probablemente sea con cierta severidad. Para aquellos de vosotros con buenas intenciones, pero sin suficiente experiencia todavía para conocer las formas correctas, aquí hay una lista sencilla de reglas para ayudarte a cuidar del gimnasio en el que entrenas y para mostrarle a la gente a tu alrededor que te preocupas, además de estar más seguro.
Sepárate del Rack.
Si estás haciendo un ejercicio que requiere el uso de un rack, ya sea para hacer sentadillas, jerks o cualquier otra cosa, aléjate más de medio paso del rack. No requiere mucho esfuerzo, y si fallas el levantamiento no se te caerá la barra en la base de este. Cuando los discos caen en los racks, normalmente saltan pedazos de goma y el rack se puede picar o algunas partes de plástico romper (para que os hagáis una idea, los discos de la marca Werksan que utilizamos en Catalyst Athletics cuestan desde $210 (el par de 10 kilos) hasta $410 (el par de 25kg) y los racks Werksan $565 cada uno. Además no tendrás una experiencia cercana a la muerte quedando atrapado entre la barra y el rack.
Si das miedo, usa cierres.
Los halterófilos muchas veces entrenamos sin cierres en las barras. Lo hacemos porque levantamos y bajamos las barras verticalmente así que los discos no se deslizan en la barra. Si eres nuevo, inseguro, o peligroso de alguna otra manera cuando levantas, usa cierres. Que los discos se deslicen por la barra puede ser desastroso—el movimiento del peso hace que se incremente el desequilibrio que lo causó en un principio, y tus intentos de corregirlo son normalmente demasiado poco, demasiado exagerados, o demasiado tardíos. Ahórranos el miedo de verte morir y protege al resto de nosotros y el material asegurando el peso en la barra con los cierres. Si no estás seguro de si das miedo o no, es que lo das.
Contrólate en la zona de levantamientos.
Normalmente esta será una plataforma, pero podría ser también simplemente un espacio reservado del suelo de goma. Si estás luchando un mal levantamiento, y la única manera de salvarlo es perseguir la barra fuera de tu plataforma o zona de levantamiento, el intento ya se ha acabado— tira barra con control dentro de tu espacio. No solo te estás poniendo tú en peligro, sino también a la gente alrededor, y eso no está bien. Si quieres hacer cosas irresponsables que te puedan lesionar y que no sean un peligro para otros, noqueate a ti mismo. No hagas esas cosas en un lugar público rodeado de gente que no comparte tu falta de preocupación por la salud personal. Si no estás seguro de poder controlarte en tu zona designada de levantamiento, no deberías estar haciendo lo que sea que hagas. Simplemente porque alguien o algo no estuviera en algún lugar antes de que tu levantamiento se fuera de lado, no significa eso siga siendo así después—alguien puede haberse adentrado en el espacio que tu pensabas que estaba vacío, y podría perfectamente no estar prestándote atención bajo la presuposición de que sabes lo que estás haciendo y que no ibas ir corriendo por el gimnasio lanzando barras por los aires.
Mantén tu zona de levantamiento limpia.
Sea lo que sea tu zona de levantamiento, una plataforma o un cómodo espacio de suelo, mantenlo limpio. No dejes discos pequeños, cierres, discos de goma, ropa, diarios de entrenamiento o NADA en el suelo de la zona de levantamiento. Los objetos sólidos y duros son cosas en las que podría rebotar una barra de forma impredecible, causando que una barra cargada colisione contigo o alguien cercano, o que choque con otro materia. Los objetos blandos (ropa, toallas, cuadernos) son trampas en las que podrías tropezar, durante un levantamiento o no.
No uses las barras buenas en el Rack.
Las barras de halterofilia de calidad son caras. Las barras Werksan con las que entrena nuestro equipo cuestan 900 dólares cada una. Estas barras tienen que funcionar perfectamente y con seguridad, y para que esto pase, hace falta cuidarlas (igual que todo, pero estas especialmente). Usar barras en un rack, incluso con cuidado, con el tiempo hace que el grip de la barra vaya desapareciendo en la parte en la que contacta con el rack. Esto significa que el agarre será menos seguro en la barra durante cualquier ejercicio con agarre de arrancada o agarre ancho, y esto no se puede arreglar. Usa barras menos caras cuando trabajes en los racks—especialmente sentadillas.
No gires o deslices las barras en el rack.
En relación con la anterior regla, cuando uses una barra en un rack—ya sea la mejor o la peor barra del gimnasio—no la gires o la deslices de lado a lado en los pins. Si la barra no está centrada en el rack, es tu culpa por no haberla colocado correctamente tras tu última serie (siguiente norma). Si la has dejado así de esa manera, puedes sacarla del mismo sitio—no es posible que la barra esté tan descentrada que no sea posible levantarla del rack. Y te prometo que la circunferencia entera de la barra es igual, no la gires buscando alguna alineación mágica de la superficie con tu mano. Si giras la barra en el rack cuando estés preparando tu posición de rack para hacer jerks o presses, para. Afloja el agarre y deja que tus manos giren alrededor de la barra hasta alcanzar la posición. No hace falta que estés ahogando la barra hasta la muerte antes de estar si quiera en posición para levantarla del rack. Este deslizamiento y giro destroza el grip y la barra, y añadir insultos a la lesión es completamente innecesario.
Deja la barra en el rack.
Cuando uses una barra en un rack, devuélvela a su lugar bajo control una vez terminada la serie. No lances la barra al rack, o la estampes contra los pins. Esto es o una muestra de vagueza, una falta de respeto hacia el gimnasio, y un intento de llamar la atención. Si tu serie ha sido tan increíblemente difícil que te resulta imposible devolver la barra al rack como debería, no debería ponerla en él—tirala al suelo igual que con un snatch o clean & jerk. Incluso después de la serie más difícil de sentadillas, no es difícil bajar una barra unos cuantos centímetros hasta que encuentres el apoyo del rack y salir de debajo de la barra. Aparte de cuidar el material (tanto la barra como el rack), esto además es un tema de seguridad. Cuando dejas caer o tiras la barra al rack, es fácil no acertar en los pins, sobre todo en uno de los lados, acabando con una peligrosa explosión de la barra el rack y los discos. (Además de esto, sal de debajo de la barra cuidadosamente al principio hasta asegurarte de que está completamente apoyada en el rack).
No tires barras vacías al suelo.
Ya se que ves a muchos levantadores Europeos en los videos de IronMindde las salas de entrenamiento tirando barras vacías al suelo después de hacer algunos ejercicios de calentamiento, pero tu no eres uno de esos tíos y su gimnasio, entrenador, federación o competición no está pagando la barra que estás tirando. Las barras estás hechas para ser tiradas al suelo cargadas con discos—tirar una barra vacía directamente a la plataforma es estrés innecesario para una pieza de material que ya tiene que sobrevivir a una buena cantidad de estrés cada día. Si no eres suficientemente fuerte para bajar una barra vacía al suelo cuando hayas acabado con ella, no eres un halterófilo y tienes cero posibilidades de convertirte en uno.
No pongas más de 10kg de discos pequeños en un lado de la barra.
Si tienes más de 10 kilos en discos de metal en un lado de la barra por fuera de los discos de goma, tienes que poner otro disco o cambiar uno por otro más pesado. Esto es especialmente importante cuando solo hay un disco de goma en cada lado, y todavía más cuando es uno de los ligeros, como un disco de 10kg.Tirar una barra cargada así pone más estrés en el disco: primero está absorbiendo más fuerza de la que debería, pero más importante todavía, probablemente no aterrizará perfectamente a la vez sobre los dos lados, lo que significa que los discos van a golpear en ángulo y serán retorcidos lateralmente por el peso adicional. Esto puede hacer que los discos se partan o doblen, y que los ejes se deformen y ya no entren en la barra. Aguántate y pon los discos correctos en la barra (y sobre todo nunca pongas discos más pesados por fuera de otros más ligeros).
Recoloca los racks portátiles de sentadilla.
Si ajustas los palos de un rack de sentadilla para que estén más juntos o separados, ponlos en la posición en la que se supone que deberían de estar antes de guardarlos. Si no sabes hacerlo o donde deberían estar colocados, no deberías estar ajustándolos para empezar. Casi seguro que nunca tendrás que ajustar un rack así. La única vez en la que la anchura de un rack de sentadillas en Catalyst Athletics necesita ser ajustada es para usarlo para hacer dips. Si no los estás utilizando para esto, déjalo en paz. No seas el tío que junta los palos para poder coger la barra directamente con el agarre de tu overhead squat (por fuera de los palos)—haz lo que deberías y ajusta las manos una vez que hayas sacado la barra del rack sobre tu espalda. Es innecesario y peligroso cargar y descargar una barra con una base de soporte tan estrecha (mira la regla poner y quitar discos más abajo).
Mantén el magnesio donde debería estar.
No estás adornando un árbol de navidad—estás levantando kilos. El magnesio por todo el suelo y todos partes en el gimnasio no te va a ayudar a sujetar la barra. Mete las manos en el contenedor de magnesio, y déjalas ahí mientras te lo echas. No cojas un puñado de polvo o un pedazo y te lo eches fuera del contenedor, y no golpees una mano contra la otra con el magnesio que te acabas de echar como en un montaje original en cámara lenta de una película de gimnasia. Sí, algo de magnesio va a acabar en el suelo en las zonas de levantamiento—deja que llegue ahí de manera inevitable—no seas estúpido y vago y lo esparzas por todos lados. No es solo una putada limpiarlo, además bloquea las rendijas y hace que tengan que ser cambiadas con más frecuencia, además es una trampa resbaladiza para los levantadores en la plataforma.
No mezcles discos.
Usa juegos de discos en cada lado de la barra. Marcas diferentes y modelos diferentes (e incluso el mismo modelo fabricado en épocas diferentes) pueden tener diferentes anchuras diámetros y durezas. Esto hace que cuando se tiren, los dos lados de la barra boten de forma diferente y que diferentes partes de la barra reciban el impacto, y los discos se tuercen por los lados. Esto podría significar cualquier cosa desde rebotes impredecibles de la barra hacia ti o algún levantador vecino, hasta daños a la barra y discos por ser golpeados en ángulos raros.
Controla la barra cuando la tires.
Después de un snatch o clean & jerk, devuelve la barra al suelo de forma controlada. Esto no significa que no la puedas tirar—significa que mantengas las manos conectadas a ella hasta que esté cerca del suelo, y prestala atención hasta que haya dejado de moverse. No seas el imbécil que deja la barra caer desde encima de la cabeza y se marcha dejándola rebotar a través de la plataforma hasta otro levantador, tus propias piernas u otro material. Es simplemente sentido común y una pequeña muestra de respeto y atención.
No te pongas de pie en los discos.
Entiendo que pienses que los discos son indestructibles porque los tiras cuando levantas, pero están diseñados para ser duraderos exactamente en una cosa—ser tirados en una barra cargada equitativamente en una superficie de levanamiento adecuada. Muchas veces una parte de un disco estará tumbado sobre algo (un disco pequeño, otro disco de goma, o el borde de una plataforma, por ejemplo), y por estar de pie encima suyo, estás poniendo un estrés en el disco para el que no esta pensado—como ser doblado por la mitad. Lo que nos lleva a la siguiente norma:
Deja los discos tumbados planos sobre el suelo o déjalos de pie.
Si necesitas dejar un disco tumbado en el suelo, déjalo plano para que sea aguantado por igual en el suelo en caso de que alguien no esté atento y rompa la regla anterior o tire más peso sobre él. También los puedes apoyar sobre algo si están suficientemente cerca de una posición vertical en la que no pueden ser pisados o acabar en la base de una pila. Si no es así, devuélvelos a su sitio.
No pises las barras.
Sí, son fuertes, y sí, lo pillo, son sorprendentemente elásticas y esto te entretiene, pero las barras no están echar para que estés de pie encima suya. Si tienes curiosidad sobre como son de elásticas, pon algo de peso y levántala. No pongas tu pie en medio de la barra y la pises para ver cuanto cede. No golpees el pie contra ella para girarla antes de levantar, lo la pegues una patada tras fallar un intento, y no te sientes en ella entre levantamientos. ¿Quieres sabes si la barra gira? Hazlo con la mano. ¿Quieres expresar tu furia después de demostrarle al mundo lo mal que se te da la halterofilia? Cómprate un saco de boxeo. ¿Quieres sentarte y descansar? Busca un banco o una silla o una caja o cualquier cosa que esté construida para hacer que tu gran culo no se choque contra el suelo.
Pon y quita un disco de cada lado cada vez.
Cuando estés montando o desmontando una barra en el rack, haz primero un disco en el lado, y luego otro del otro lado, alternando esto hasta que todos los discos estén quitados. No quietes varios discos del mismo lado primero, ya que esto desequilibra la barra y crea la posibilidad de que se caiga del rack. Incluso aunque seas un físico de clase mundial y estés convencido de que el peso relativo de los discos y que las posiciones del rack soportando la barra hacen que no exista esa posibilidad, aún es posible que por ejemplo, golpees la parte de la barra vacía o con menos peso con el hombro u otro disco, y que de repente tu barra seguramente equilibrada esté volando por los aires. El lado descontrolado de una barra de dos metros de longitud hará daños muy serios o cualquier cosa que entre en contacto con él, especialmente tejido humano. He visto a alguien casi perder un ojo por esto—en lugar de eso tuvo suerte y acabó con un par de puntos para curar un corte de cinco centímetros debajo del ojo. No te conviertas en un cabrón tuerto, y no seas el cabrón que hizo que alguien acabase tuerto.
No tires discos a los racks de discos.
Deja los discos en los racks de los que provienen—no los lances o tires. Incluso si esos racks están hechos de metal y piensas que son las cosas más duras de la Tierra, es simplemente ser vago y probablemente lance el rack por los suelos, cambiándolo de donde se suponía que debería estar y cabreando a la persona que lo puso allí y tendrá que volver a dejarlo ahí. Si eres un pequeño bebe débil que no puede dejar un disco con cuidado hasta el suelo, ruédalo por el suelo, o en primer lugar no levantes.
No tires las barras a los racks verticales.
Si tu gimnasio guarda las barras en racks de almacenamiento verticales, mételas con gentileza. No metas en final de la barra en la parte superior del agujero y la sueltes—estampar el extremo de la barra daña las arandelas, los rodamientos y la chapa. ¿Es tan difícil aguantar la barra y bajarla en control hasta que esté metida hasta el final en el rack?. Te prometo que es mucho que más fácil que lo que estuvieras haciendo antes con la barra, así que no pongas excusas.
No tires tus cosas contra la pared.
A no ser que entrenes en un agujero de mierda sin pintar con paredes de cemento (especialmente si es tuyo), usa el sentido común y no estampes objetos duros y pesados como discos o racks de sentadillas contra las paredes. Déjalos donde corresponden como haría alguien que se preocupa por el lugar en el que entrena.
No tires mancuernas.
Las mancuernas de cabezas hexagonales de goma son geniales, pero no son indestructibles, y cada vez que las lanzas o tiras porque no tienes suficiente energía para dejarlas en el suelo (pero de alguna manera todavía tienes energía suficiente para empezar a hacer burpees inmediatamente), estás haciendo que esa mancuerna este un paso más cerca de romperse. Las cabezas de estas mancuernas acabarán en algún momento temblando con holgura con el uso. Si no te molestas en cuidar el equipamiento de tu gimnasio, entonces considera la seguridad de ti mismo y de los que te rodean—estas cosas rebotarán de forma impredecible y la gente puede acabar herida, del golpe directo, por tropezar con ellas o por tratar de evitarlas.
Limpia tu sangre.
Compartir puede ser genial, pero no cuando hablamos de los restos de tu sangre. Si sangras en una barra por un callo abierto, por rasparte la espinilla, o por alguna otra razón que haya hecho que tus asquerosos fluidos internos hayan acabado en cualquier superficie pública, límpialo correctamente, con algún producto de limpieza. Si es una barra u otro material metálico, sécalo inmediatamente tras usar cualquier líquido de limpieza y pon un poco de magnesio sobre el área recién limpiada para impedir que se oxide.
Limpia lo que derrames.
¿Has tirado accidentalmente agua, café, o tu pre-entreno favorito para hinchar tus músculos? Límpialo—esto no es atrofísica. Si no sabes como limpiarlo o con qué hacerlo, busca un adulto responsable y pregunta. No hagas como que no ha pasado nada y lo dejes ahí para que ese adulto responsable se lo encuentre luego cuando este pegajoso, asqueroso y apestoso.
Recoge lo que uses.
Ya pasaste por esto en la guardería—recoge tu mierda. Lo cogiste de algún sitio.
Si la persona que lo usó antes no era un payaso, ese será el sitio que le corresponde, y es exactamente—digo EXACTAMENTE—donde y como deberías devolverlo cuando hayas terminado. No significa cerca, no significa de forma diferente, y de hecho no significa que elijas un nuevo lugar para almacenarlo que por alguna razón te gusta más. Si quieres decidir donde van las cosas, puedes construir tu propio gimnasio y volverte loco. Si la persona anterior a ti no lo puso donde debería, se la mejor persona y hazlo bien porque es como debería ser hecho, y luego dile al ofensor que lo haga bien la próxima vez que tenga la oportunidad.
Cada vez que hagas algo en el gimnasio, eres un modelo para otros miembros. Da un buen ejemplo y ayuda a otros a seguirlo. Se alguien que contribuye, no una máquina de drenaje; sé cuidadoso, respetuoso y cortés. Tómate un momento y piensa en lo que tus acciones dicen sobre ti a los que están a tu alrededor, y si te gusta tu gimnasio y respetas a los dueños, trabajadores y miembros, demuéstralo con la forma con la que tratas las instalaciones.
Greg Everett/Editorial/17 Febrero 2014
Traducción de Antonio Fernández Rodríguez